Su dueñita, LaParis, estaba muy estresada; así que decidió irse a pasar unos días de relax a una pequeñita casa rural situada en un paraje idílico al lado del mar
Y claro, LaParis, no se fue sola. Se llevo a Teo para que la defendiese de los posibles malhechores... Aunque por las noches había bastantes ruidillos extraños, que seguramente provenían de posibles actividades delictivas de carga y descarga, las vacaciones resultaron bastante tranquilas ...
Pero, LaParis es toda una mujer de recursos y con un cuchillo de cocina...¡zaca zaca!
¡Bye- bye culebra!