lunes, 17 de agosto de 2009

Las travesuras de Pinky

Mi amigo Pinky es un poco gamberrete y sus travesuras traen de cabeza a su dueñita Rosa. La pobre tiene que andar la mayoría de las veces llamándolo para que no se escape y es que...tan pronto llega al parque y lo suelta, ...zaaaaaaaaaassssss! .....Ahí se va Pinky tras el rastro de alguna fémina. Normalmente se va hacia el fondo del parque, hace su recorrido habitual y luego vuelve. Pero el otro día...Pinky no aparecía...Rosa lo llamaba ...y llamaba...y volvía a llamar.¡Qué desesperación! Rosa salió corriendo a buscarlo ...A veces Pinky salía del parque a la calle del Olvido. Ahora todo estaba en obras. Rosa se encontró a unos obreros riéndose y les preguntó si habían visto a su perro. Entre carcajadas le señalaron a un perro avergonzado que estaba escondido entre unos contenedores...Rosa abrió los ojos como platos y tuvo que coger a Pinky en brazos e inmediatamente llevárselo a una fuente para lavarlo antes de que fuese demasiado tarde y se quedase tieso como una estatua. No me extraña que estuviese avergonzado y es que el muy zoquete cruzó la calle todo pizpireto y altivo sin darse cuenta de que los obreros acababan de echar cemento. De repente se dio cuenta de que sus pies se pegaban al suelo. Menos mal que pudo salir pegando saltitos, pero se puso todo perdido de cemento...Lo peor fue la vergüenza de las carcajadas de los obreros...
Mira que eres presumido...

sábado, 15 de agosto de 2009

El problema de Teo

Esto que voy a contar hoy es un tema muy delicado y un tanto escatológico...Espero que mi amigo Teo no se cabree conmigo. Voy a tratar de hacerlo de una manera fina y delicada, propia de una dama como yo...A ver cómo me sale...
Desde que era un tierno cachorrillo, Teo tiene un problemilla bastante gordo a la hora de hacer sus "deberes". El pobre no sabe hacerlos bien y casi siempre ensucia ese glamuroso pompón blanco que tiene por trasero.

Creemos que el problema está en que no sabe arquear la espalda lo suficiente (cuando no se le da por hacerlo directamente sentado en el tronco de un árbol!!!). El chico está bastante entradito en carnes y la flexibilidad no es una de sus virtudes...Es que tanta meditación y tanta calma no puede ser buena...
Hay que arreglar entonces el estropicio con abundantes chorritos de agua fría (cuando hace calor se agradece, pero cuando hace frío....)
LaParis suspira resignada mientras....Teo pone cara de circunstancias.
Luego hay que secar bien el pompón para que quede bien esponjoso... Tan esponjoso como la pantera rosa recién salida de la lavadora.
Y ya está nuestro Teo otra vez presentable...

Hasta la próxima vez que tenga que cumplir con sus obligaciones...Ejem...Ejem.

domingo, 2 de agosto de 2009

Uxía

Por las alusiones de mi amigo Teo, hechas en los comentarios a mi anterior entrada, me he visto obligada en esta ocasión a hablar de Uxía, la tercer integrante del trío calavera que paseamos el parque los fines de semana ( Teo, Uxía y yo)
Uxía (Xía, para los amigos) es una anciana venerable. A ella le pasa lo mismo que a mí...Casi no vemos. Bueno, ella además está un poco sorda. Ella está así de averiada porque tiene una pila de años y yo porque tengo cataratas por mi diabetes...Pero aún así nos controlamos mutuamente...Y es que Uxía siempre se mantiene a una distancia prudencial de mí, porque sabe que...cuando se me descoloca el cable....allá voy!!!!! Intento atacarla...A veces acierto donde está y casi llegaría , pero....,por suerte para Uxía,...siempre me para mi dueñita a tiempo...Otras veces no acierto, porque está Teo por el medio y tropiezo con él...Y LaParis me riñe...Y otras veces se ríen de mí porque intento morder al aire o a un árbol o a cualquier cosa...Jo, reirse de mí...Con lo fiera peligrosa que soy.
Mi problema con Uxía es visceral. Simplemente, no la soporto...
Aunque en el fondo puede ser porque sea una perra y que yo quiera ser la única chica del parque.
...No lo sé...Lo que sí tengo que reconocer es que mi carácter es bastante difícil de llevar y que si no fuera por la paciencia de Teo y de Uxía no formaríamos el trío tan bien avenido que en el fondo (muy en el fondo en el caso de Xía) somos.